viernes, 31 de julio de 2015

La de Cuadri en Saninaziyuek. Azpeitia, 31 de julio de 2015

El aficionado lleva tiempo oyendo hablar bien de la feria de Azpeitia, en Guipúzcoa, y los carteles empujan para tomar la decisión de compaginarla con un poco de turismo por la zona. Entienda el lector que lo que ayuda son las ganaderías anunciadas y no piense que en los mentados carteles figura alguno de los hombres G, acaparadores de puestos en las Ferias de seudotoros que tanto pregonan los medios especializados. En su estructura, la Saninaziyuek de Azpeitia es similar a las fiestas de muchos pueblos españoles: fuegos artificiales, conciertos en plazas públicas, procesión, misa mayor con asistencia de las autoridades y de la banda de música, y toros. Sobra, por desgracia, la indeseada politización de las fiestas, con símbolos que representan un solo pensamiento, coincidente con la ideología de BILDU, el partido que gobierna con mayoría absoluta en el municipio donde nació San Ignacio de Loyola, y cuya casa-torre natal aún se conserva junto al Santuario que lleva su nombre.

Sergio Serrano brinda a los peones de confianza de sus compañeros heridos

Por la mañana el aficionado se acerca a las taquillas a recoger las entradas que laboriosamente despacha un miembro de la Comisión Taurina, no demasiado familiarizado con el manejo del sistema informático. Allí aprovecha para entablar conversación con aficionados franceses y saludar a otros conocidos de Las Ventas que repiten por segundo año consecutivo.

Por la tarde, el tiempo es fresco, y amenaza lluvia. En asientos de gradas, el aficionado y su esposa entablan conversación con una pareja que se ha acercado desde Valladolid. El aforo de 4.000 personas de esta plaza, construida en 1903, se ocupa en sus tres cuartas partes, con llamativa presencia de una asociación taurina francesa. El aficionado busca, pero no encuentra un programa con los datos de las cuadrillas actuantes.

El primer toro de Cuadri está bien presentado, y resulta manejable y templado en el saludo de Luis Antonio Gaspar “Paulita”. Con la cara arriba, cabecea en el peto y sale blandeando en el quite por chicuelinas. En banderillas espera y obliga al peonaje a entrar cuatro veces. Muy flojo y noble, “Socorrido” decepciona al aficionado, y el maño necesita de sonoros “jus” para provocar su embestida. Unos postreros molinetes, muy ajustados, calientan al personal. Tras un pinchazo, cobra una estocada, recibiendo en el embroque un derrote que le afecta al cuello. Se va a la enfermería por su pie con la mano en el cuello. Su cuadrilla recoge la ovación.

El segundo de la tarde es pobre de cara, amplio de caja y muy blando en saludo capotero de Pérez Mota. La suerte de varas se solventa con dos picotazos, teniendo que salir el piquero en el segundo por lo remiso del burel y Serrano trata de lucirse en el quite. En palos aprieta para los adentros, con el tercero de la cuadrilla de Serrano muy atento y eficaz en los quites. “Mentiroso” resulta manejable para la muleta, con un buen pitón izquierdo, que explota poco el gaditano, que adolece del cite de perfil. Cobra una buena estocada, entrando por derecho, que le valen la petición y concesión de una oreja. El aficionado teme que la corrida continúe por estos derroteros de nobleza, blandura y poca casta, más propia de otros hierros.

El tercero, astillado del izquierdo, acapachado y ancho de pecho, se defiende en el capote de Sergio Serrano. Esta vez hay la oportunidad de ver una segunda entrada al jaco, tras marrar el picador marrando en la primera y teniendo que citarlo mucho en la segunda. El toro no muestra codicia en palos, con buen par del tercero de la cuadrilla y lamentable actuación del segundo. “Flotador” se defiende y demanda que se la hagan las cosas por abajo. Acaba parándose y el manchego lo liquida de pinchazo y estocada.

Antes de arrastrar al tercero hay costumbre de homenajear al banderillero José Ventura Laca, que murió en esta plaza en 1846, con un Zortzico Fúnebre y el público puesto respetuosamente en pie. El cielo se sujeta y solo envía algunas gotas que abren algunos paraguas. Definitivamente Paulita no vuelve de la enfermería y el festejo queda en un mano a mano de sus compañeros.

El cuarto irrumpe en el ruedo astillado de ambos pitones, y no se emplea en el capote de Pérez Mota. El picador no está acertado, marrando primero y marcando trasero después. “Artillero” aprieta en palos. Destaca el temple con la muleta del andaluz, con un toro con el que ha de fajarse, resolviendo la papeleta con mucha dignidad. El diestro entra a mata de verdad por derecho, enterrando arriba el acero, a cambio de una cornada en el muslo que lo lleva al hule. Descabella Serrano, que se ha quedado ya como único espada.

El quinto tiene una apariencia muy seria, es badanudo y hondo, y mete la cara en el recibo capoteril de Serrano. Pelea en el caballo y le da el picador, tapándolo con la malhadada carioca. Tras un susto en el primer par, el tercio de banderillas resulta muy lucido. El albaceteño tiene un buen gesto al brindar a los peones de confianza de sus compañeros cogidos. “Engaño” tiene un pitón izquierdo imposible y se cuela por el derecho, pero Serrano, muy valiente, no le vuelve la cara y traga paradas y coladas. El toro no hace por él en el primer intento y, sin igualar, endiña un feo bajonazo, que vale.

Cierra la tarde un toro basto de nada menos que 675 kilos, que comienza parado y rompe codicioso y tobillero en el saludo. Empuja en la primera vara, de mucho castigo, y se repucha en la segunda. Los problemas que plantea en banderillas los resuelve el primero de la cuadrilla entrando a una mano. “Zapato” acaba desarrollando clase y entrega en su embestida, especialmente en las series por el pitón derecho, y Serrano está seguro con él, aunque sin terminar de aprovechar la buena condición del de Cuadri. Calienta con la tanda final, antes de recetar una estocada rinconera y efectiva, que le valen la salida por la puerta grande.

El aficionado abandona con sabor agridulce la plaza, porque la corrida (con una romana media de más de 600 kilos) ha mantenido el interés, pero no ha cumplido las expectativas que tenía depositadas en la divisa, y pone rumbo a Bilbao.

Cuadro de puntuación de la corrida de Cuadri


LA  TARDE  A  TRAVÉS  DEL  VISOR

Cartel mural de la Feria

Santuario de Loyola

El País Vasco es tierra de tradiciones

Plaza y Ayuntamiento de Azpeitia

Encierro infantil por la mañana

Programa del día

Anuncio antitaurino en la calle

Primeros espectadores

La Presidencia

El elegante alguacil

El único nuevo en la plaza: Pérez Mota

Primer paseíllo de Feria

Primer toro de la Feria

Primer puyazo de la Feria

Quite de Paulita a “Socorrido”

Apuros en la cara

 La flojedad de un cuadri

Paulita pincha evitando el derrote. En la siguiente entrada el derrote llegaría al cuello

La buena banda de música

Puyazo al segundo de la tarde

Quite de Sergio Serrano a “Mentiroso”

Natural de Pérez Mota

Estocada contraria, atracándose de toro

El premio de la oreja

Tercero de la tarde

“Flotador” galopa

Siete banderillas en el suelo y ninguna en el toro

A la muerte del tercero se interpreta el Zortzico Fúnebre en honor al banderillero muerto en 1845

Solemnidad

Esperando al cuarto con la escopeta cargada

Clavando en la cara

Pase de pecho de Pérez Mota

Así lucían los pitones de “Artillero”

Y ese pitón derecho se hundió en el muslo de Pérez Mota...

...que fue al hule

RV en labores gráficas con “aifon”. Le deseamos mejor fortuna que con las teclas

Sergio Serrano saluda al quinto de la tarde

Tapando y clavando bajo

Apuros a la salida del par

Inicio de faena a “Engaño”

Último de la tarde. Más de 60 arrobas

No era un “Zapato” bonito

Los dulzaneiros que tocan durante la suerte de varas

El de cuadri echa la cara arriba

Garbo

Con esta clase tomaba la muleta

Con esta rinconera obtuvo Serrano el doble trofeo

El personal, contento

Sergio Serrano por la puerta Grande y sus compañeros por la de la enfermería

Aficionados venteños por Azpeitia

1 comentario:

Miguel Moreno González dijo...

¡Qué raro! Falta la bandera de España en el Balcón Consistorial...

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...