lunes, 21 de mayo de 2012

"Estío", un toro de lidia.

Pasadas las 10 de la noche arrastraban en Las Ventas, entre más pitos que palmas, al tercer sobrero de la tarde-noche: un "zapato" con dos velas de Hermanos Domínguez Camacho, de 487 kilos de peso, con 5 años y 8 meses de edad, de nombre "Estío"(*), totalmente a contrapelo de los tiempos modernos de la Torerimaquia.

Un toro de lidia que no tenía lo que tanto sobra: kilos en la romana, y embestida pastueña y de carril en su comportamiento.

Una "guindilla" a la que sobraba lo que tanto falta y tanto se echa de menos: movilidad, pelea y castigo en el caballo, acometividad, fuerza, fiereza y duración.

Un toro que pedía a gritos lidia; es decir, dominio. Si no -ya se debería saber- la casta se desborda.

Un toro al que banderilleó soberanamente Luis Carlos Aranda.

Un toro al que pitaron de salida los mismos que callaron cuando salió el 5º de la tarde, uno de los toros más bastos y feos que se han visto en los últimos años; y un toro al que pitaron en el arrastre los mismos que silenciaron el comportamiento mular del susodicho quinto de Couto de Fornilhos.

Por desgracia, nadie habrá cortado sus criadillas para sembrar de casta el campo bravo.

Nota: Gracias, señor Muñoz Infante, porque su tozuda ignorancia y su lamentable incongruencia (devolviendo un toro apto para la lidia) han permitido inundar el ruedo venteño de un torrente de casta.

Luis Carlos Aranda banderilleando a "Estio"
Imagen tomada de "Aplausos.es"


(*) P.D. Leo en el blog Catafalco y Oro una entrada firmada por Javier Salamanca que aclara que el nombre del toro no era "Estío", sino "Vaporoso", y da noticia de la vida y viajes del animal durante los años 2011 y 2012.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...